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Mostrando las entradas de julio, 2016

Los cálculos relativos

 Sentado en la silla de mi cuarto, volteo a ayer. Tu cara es la primer imagen que revivo. El recuerdo es la forma de perpetuar los momentos, por ejemplo, el momento de verte cantar esas agudas notas. Regreso a tu piel de atardecer donde me estaciono un rato. Al contrario, el futuro es una mezcla de volado y voluntad. Águila o sol; sí o no. Así como Cortázar nos enseñó que todos los fuego el fuego; todas las dudas la duda. El fuego es absoluto, la duda relativa. Es decir que al recordarte en la misma silla en la que estoy sentado, perpetúo tu voz y abro la puerta del misterio posterior. La bruma sólo se aleja cuando la atraviesas. Siempre es tu piel el motivo. Cuando el resultado comienza a desmentir los cálculos anteriores, la razón queda desnuda y acostada en una banca de un parque abandonado. Mis manos y sus movimientos se vuelven complejos, no sólo es el tacto de tu cuerpo, quieren franquear el umbral físico. Es allí donde me divido, donde las decisiones dejan de ser frías y buscan